lunes, marzo 23

Fiesta de disfraces





"Existen dos maneras de ser feliz en esta vida,
una es hacerse el idiota y la otra serlo."
(S. Freud )





-“Cualquiera que me vea: con estos lentes enormes de falso aumento, aparentando ser un gran científico, ocupado en un proyecto para despecar a los pecosos; sin lugar a dudas me catalogaría como un tipo divertido. Pues bien: error. No siempre soy divertido. La mayor parte del tiempo me la paso en planteos existenciales, buscando hacer mi vida un poco más difícil, y enredándome en conflictos insolubles.”

Uf… nadie me da un tronco de bola, y eso me pasa por salir con estos lentes de falso aumento (así no puedo hablar en serio). De todas maneras, antes de perderme una salida en filosofía barata, prefiero perderla en chamullos con alguna curiosa que haga más de dos preguntas sobre el personaje. Es increíble cómo me favorece el contexto; hasta ellas que parecen tan coquetas y dentro de una burbujita antimanchas, no logran esconder la mueca delante de estos culos de botella que me preceden. No estoy seguro si me divierto más: con alguien que me siga el juego, o desafiando a las serias en “el que se ríe primero pierde” mirándolas con toda mi mejor cara de idiota. Me entretengo bastante, sobre todo sabiendo que mi lado serio, de preguntas incómodas (y hasta molestas), queda escondido a la sombra de quien hoy se llama Sergio, investiga una vacuna para despecar a los pelirrojos, y busca una estudiante de astrofísica para tomar un Gin Tonic, (y aunque esté demás decirlo, usa estos lentes enormes).
Mirá como se vino este chabón, “¡siempre con algún disfraz vos, ¿eh? jaja! ¡Tanto tiempo, che!... Mi novia… él es Ramiro. Éramos compañeros del cole”, qué pirado, vaya a saber en qué ande… hace unos años se juntaba con los hippies, hacía teatro, qué se yo… está loco. Seguro es para hacerse el banana con las minas “ojo que por ahí anda mi hermana… ¡eh? ¡jeje!” y ni que se te ocurra tirarle un chistecito a mi novia, ahí sí que me pongo verde. “¿Sabías que tu novio siempre fue muy estudioso? Ni con estos lentes le ganaba… y mirá: ahora él es toda una estrella de rock, y yo, un estudiante de astrofísica, qué paradoja. ¿Vos no tendrás alguna hermana que quiera ir conmigo a la biblioteca?” Claro que no tenés, claro que no te da gracia, si los dos son un par de animalitos de granja. ¿Saben algo? son bastante aburridos, y me da gracia que se queden ahí paraditos por compromiso, y les da apuro pero quisieran salir corriendo, y dejar a este chiflado. Eso lo sé, y por eso no me voy, y les sonrío cuando no miran el piso. ¡Tienen algo de gracioso!
Por qué no se va este chiflado. Podría llevarla al parque en mi auto antes de que el padre le mande un mensaje para saber por dónde anda… “Nosotros nos vamos, porque vinimos con unos amigos, y… cualquier cosa estamos por ahí” Al fin tomás una decisión, campeón, ¡y con un hermoso pretexto! TAN típico de vos, siempre haciendo las cosas bien, siempre con el papel de chico obediente… le advertiría a la chica que se cuide, porque -siguiendo con la regla del disfraz-, el que es muy obediente, al final… ¡ja! Pero si ella debe ser igual de obediente, y mañana los dos… ¡bueh! Que se yo. Basta.

Los muchachos en la mesa deben seguir con la polémica del disfraz, aunque ahora hay uno parado de su silla y vaya a saber qué esté discutiendo, pero con el vaso de cerveza no se da cuenta de estar salpicando a las chicas de al lado. Qué patético. Es injusto que esté acá divirtiéndome y ellos tan empecinados en alguna discusión absurda…
Sería fabuloso que venga a divertirse. Pobre Rafa, si aceptó venir, por lo menos debería estar bailando, o escuchando música, pero con nosotras, no por cualquier lado. Hace un rato estaba apoyado en la barra ahogándose en Vodka y yo me siento tan culpable. Miralo, pobrecito mi vida, desparramado en aquellos sillones. No sé qué decirle. En realidad no quise parecer tan pegota. Pero qué iba a hacer, tampoco tenía que dejar de abrazar a mi mejor amigo solamente porque se puso de novio. Y eso Rafa lo sabe, porque me dijo que no era mi culpa, que la otra es una Histérica. Más te valía Rafita, ¡si nos conocemos de jardín! Me llegabas a tratar mal por esa maltrecha, no sabés la que te armaba…de todas formas quiero que venga, no puede quedarse toda la noche ahí, dando lástima. Tiene que venir y hacernos reír a todas, como él sabe… ¡Upa! ¿Y éste? “No, no conozco a ninguna chica que estudie astrofísica” (y yo que me creía loca…) “A ver… ¿me los prestás?” ¡Ey! Son de mentira, el pibe no es así, ¡qué gusto! Haciéndote el gracioso, sos más interesante, pero quisiera que ahora dejaras de lado el personaje y me contaras al menos cómo te llamás en realidad.
Quisiera contarte todo, Todo. Pero la autenticidad a secas, me da fobia. ¡Uy, no! Noté la sutileza que tuviste por esquivarme, esto entra en crisis. “¿Te gusta el helado! ¡Perfecto! Entonces el viernes podríamos…” Sí, sí… ya sé que fue una pregunta fácil, porque a muchas les gusta el helado, pero algo había que decir. Tendría que felicitarte por descubrirme. ¡Eso fue lindo! (me gusta la sinceridad con que me descubre). Es como si hubiera encontrado una hilacha en el disfraz y tirara muy despacio como disfrutando de cada punto que hace saltar. A ver… ¿qué más? “contame algo, como recién” ¿qué edad tendrás, con quién vivirás, estarás de novio? Pero en qué estoy pensando… si esa mirada te delata no tener más de veinte y con esos lentes los estás escondiendo. Sí, en un proyecto para despecar a los pelirrojos… “yo también tengo algunas pecas ¿sabés?”. Esa gracia, en cierto modo, te hace más interesante, pero sí o sí tengo que descubrirte. Si me dejás en esta etapa del chiste, me hace pensar que no tenés remate.
Sería bueno poder concretar algunas palabras en serio, y muero por mostrarte quién soy, quitarme estos lentes patéticos y mostrarte Quién Soy. ¿Pero si no te gusto, si al conocerme descubrís que soy más común que todos los comunes igual a cualquiera del resto? No… mejor no correr el riesgo, mantener la expectativa, pedirte un teléfono, y tomando un helado –lejos de tanto ruido- te entrego una caja con toda mi autenticidad y averiguás cuánto quieras. Pero así, con los oídos zumbando, y un fernet haciéndole zancadillas a mi lengua, es inesperada la imagen que puedo dejarte. Y no es por miedo, seguro no me querés contar porque sos igual al resto… “mirá, me voy a buscar a un amigo que está medio bajoneado… enseguida vuelvo ¿sí?

Desilusión, descontento, despojo, desaliento, desencantado, desnudo, desdichado, desmotivado, desorientado, des-tro-za-do. Una pelusa en el ombligo de un ogro. Así me siento por saber que te fuiste con la imagen de un imbécil disfrazado y la duda de si habiendo avivado eso que muy pocos te pueden… era o no capaz de mantenerlo.

QUÉ LÁS-TIMA.
Bueno, la noche es larga, seguro te vuelvo a encontrar.
((Mejor, escondo estos lentes de porquería)).